Presentado recientemente en la XVI Jornada Internacional de Seguridad de la Información, este trabajo destaca la transformación digital avanzada que está llevando a las empresas hacia una «algoritmización», un modelo donde las operaciones estratégicas y la toma de decisiones se fundamentan en protocolos diseñados matemáticamente. Este cambio, aunque mejora significativamente la eficiencia y productividad, exponen a las organizaciones a un abanico de riesgos emergentes, como ataques más atractivos y la dependencia de tecnologías estandarizadas que limitan su diferenciación competitiva. Para abordar estos desafíos, se presenta el modelo de Empresa en Tres Capas, que estructura la tecnología en tres niveles: Núcleo I, la infraestructura algorítmica; Core II, aplicaciones interdepartamentales integradas; y Órbita, innovaciones personalizadas que generan ventaja competitiva.

Este enfoque permite a las organizaciones integrar estrategias de ciberseguridad con los objetivos de negocio, garantizando la resiliencia operativa y optimizando los recursos. El estudio subraya además la importancia de la hibridación entre ciberseguridad, cumplimiento normativo y estrategia empresarial. Este enfoque fomenta la cooperación entre equipos para anticipar amenazas y asignar presupuestos de forma eficiente. También se destaca la necesidad de adoptar una tecnología táctica, soluciones flexibles que fortalezcan los sistemas heredados y minimicen riesgos operativos, protegiendo tanto los datos como la propiedad intelectual.

En última instancia, el artículo plantea que las organizaciones deben ir más allá de una defensa reactiva, apostando por estrategias proactivas que dificultan estructuralmente los ataques y convertirán la ciberseguridad en un diferenciador competitivo. Este enfoque, basado en innovación y adaptación, no solo protege los activos corporativos, sino que también fortalece su posición en un mercado cada vez más digitalizado y vulnerable.

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