Que un hacker se cuele en el teléfono de un usuario es grave, pues atenta contra la privacidad de una persona y puede tener muchas repercusiones en su vida. Si dicha persona es un cargo público, el peligro es incluso mayor. ¿Pero y si el hacker se cuela en un sistema público que afecta a la vez a miles, cuando no millones de personas? La ciudad de Dallas, en Texas, tiene la respuesta a esa pregunta.

Según informan en The Washington Post, en la noche del sábado 9 de abril, justo 18 minutos antes de medianoche, alguien se coló en el sistema informático que opera las alarmas contra huracanes de la ciudad y las activó todas. En total, 156 alarmas que despertaron, asustaron o amenizaron la noche a los 1,3 millones de habitantes de la urbe. 

No son pocos los ciudadanos que acudieron a Twitter para comentar con sorna el asunto. Dado que los tornados y huracanes son algo común en la zona, este sistema sirve al público que se encuentra fuera de sus hogares cuando se aproxima una tormenta importante.

Sin embargo, es un asunto grave que demuestra lo mal preparadas que están algunas infraestructuras para resistir el ataque de hackers y otros usuarios malintencionados. Además de molestar con ruido, el hackeo llevó al colpaso del número 911 de la ciudad, dejando a personas con emergencias reales en espera.
Esta es la segunda vez que un servicio público de avisos de Dallas sea hackeado, pues desde el 31 de marzo de 2016, varias señales lumínicas empezaron a mostrar mensajes políticos, algunos en contra de Donald Trump y otros en favor de Bernie Sanders; así como consignas del tipo»Se ha cancelado el trabajo, todos a casa» y algún que otro meme, como un comentario sobre la muerte del gorila Harambe.

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